Verbena officinalis

En algunas ocasiones la etimología juega con el significado de las palabras y nos envuelve en redes caprichosas trazadas por el tiempo y el uso de las personas. Es el caso de la palabra verbena que nos evoca una fiesta prolongada casi hasta el amanecer en la que el baile es protagonista. También es el nombre milenario que se otorga a esta planta modesta de porte  que frecuenta lugares intervenidos por el ser humano.
Un gesto que todavía perdura en los rituales de bendición, alejamiento de espíritus malvados o de sacralización es agitar un racimo de hojas, a menudo dispersando agua o vaharadas de humo. Los sacerdotes de la antigua Roma así hacían en largos rituales que podían extenderse por toda la noche, y para este fin utilizaban plantas consideradas sagradas. Una de ellas, quizá la preferida, era la verbena, ya llamada así desde entonces por los sacerdotes y que más tarde C. Linneo conservaría para designar este género. La vida construye su retórica y así con esta sinécdoque (la parte por el todo) pasamos a llamar al ritual ( la fiesta que nos hará bailar hasta que despunte el alba, el todo),  con el nombre de la parte, la discreta flor de la verbena.
Si para aquellos oficiantes romanos la verbena (la planta) era sagrada sería porque ya se conocían sus virtudes. Curiosamente entre las principales propiedades de esta planta figura ser una estimulante del sistema parasimpático, que lejos de excitar y enervar como hace la fiesta y el baile, induce a la relajación y a la depresión de toda excitación. Sería planta de más ayuda para los que sufren la molestia de vivir próximos a una verbena, su ayuda podría evitar pasar una noche de insomnio, o al menos llevar con menos amargura los excesos de ruido producidos por los que rompen el silencio de la noche. Pero al igual que el exceso de verbena (fiesta) puede producir efectos no deseados, también hay que recordar que la acción de la verbena (planta) tiene sus contraindicaciones. Y es que no hay nada gratuito, todo pasa factura cuando no hay mesura. 
Os deseo que  disfrutéis a vuestra manera de las fiestas patronales de Barbastro, ( u otras verbenas).

1 comentario:

  1. Me ha encantado la lectura de tu texto ... Están bien las verbenas, pero con menos decibelios serían mejores. Si pudiéramos dormir con las ventanas cerradas ...

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