Por más que nos empeñemos Natura se nos adhiere a la espalda y se empeña en acompañarnos en cualquier situación y momento. La flexibilidad de los organismos vivos es tal que no es extraño comprobar que en nuestro entorno urbano convivimos con buen número de especies de los reinos animal y vegetal.
Un pequeñísimo ejemplo propongo con estas cuatro especies vegetales
Amaranthus deflexus es una herbácea que si hace unos años era desconocida en nuestra tierra, se ha ido instalando poco a poco , procedente de Sudamérica, y ahora es muy abundante en alcorques y aceras.
Datura innoxia, pariente del estramonio, es una planta bastante rara en Huesca. También procede del otro lado del atlántico y crece en escombreras y estercoleros. Los suelos removidos y bien nitrogenados que el hombre produce con los vertederos incontrolados es un buen nicho ecológico para esta planta.
Si las dos especies anteriores son foráneas y se van instalando en nuestro entorno( y desplazando en algunos casos a especies autóctonas), también hay especies ibéricas que gustan de vivir junto a las viviendas de los hombres.
Hyoscyamus albus( que no es otro que el beleño blanco o la malbaloca) es frecuente encontrarla en muros antiguos, saliendo de los resquicios entre los sillares de arenisca con los que tantos edificios antiguos se han construido.
Por último una excepción: Capparis spinosa es una planta muy rara en nuestro municipio. Propia de ambientes muy cálidos y secos. En el arco mediterráneo nace espontánea en lugares muy soleados. También se cultiva. Es la alcaparra, de la que nos comemos encurtidos los capullos florales y los frutos (caparrones). José Antonio Mariñosa, buen prospector botánico, la ha encontrado en los alrededores de Barbastro en taludes junto a campos de labor. También hay indicios de que se encuentre en la sierra de la Carrodilla, según alguna vez me ha comentado otro amante de la naturaleza, en especial de las aves, Diego Tripiana. Localización que alguna vez habrá que comprobar. Pero la que aparece aquí fotografiada vive en un lugar muy céntrico de Barbastro. Forma un arbusto bien desarrollado, y a unos cuantos metros le ha nacido un acompañante.
Podríamos hacer la lista mucho más larga con todas las especies que se empecinan en ocupar lugares que el ser humano ha creado. Ponen una nota de caos natural en nuestra tan valorada geometría constructiva. Diluyen la formas , las asépticas líneas ortogonales de muros y calles. Por eso de vez en cuando sufren el ataque de lo que denominamos limpieza de malezas. Pero ¿no es también cierto que en algunos casos embellecen nuestro entorno? ¿No aportan algo de originalidad en el contraste que forman con el elemento construido? En algunas ocasiones he podido comprobar en ciudades de otros países europeos cómo los vecinos miman algunas de sus plantas urbanas convirtiéndolas en parte de sus calles y jardines. Descubren que esas plantas aportan más que restan y las indultan. En esta ocasión, no revelaré dónde se encuentran las plantas que he citado anteriormente. Dejo al atento caminante urbano que las descubra, y entre tanto medite si alguna de ellas merecería el indulto.
Una buena idea esa del indulto. No son arbustos Capparis aquellos que dan un toque de color y, por qué no decirlo, distinción en el famoso muro de las lamentaciones de Jerusalén?
ResponderEliminarResumiendo: Roca y Flor, nunca mejor dicho.