Cucubalus baccifer. "tomate del diablo"

El verano está tocando a su fin y los colores que vimos meses atrás se van atenuando. En su lugar aparecen los frutos que anuncian cambio de estación. Entre estos numerosos frutos podremos tener la fortuna de encontrarnos con los tomatitos del diablo, baya de una hierba de la familia de las cariofiláceas, Cucubalus baccifer. De tamaño algo mayor que un guisante, globosa y negra, esta baya recuerda  a la que produce la belladona (Atropa belladona) motivo por el que en algunos lugares se le llama falsa belladona. Su parecido se limita sólo a la apariencia, ya que Cucubalus baccifer carece de las propiedades psicotrópicas de aquella solanácea. El común "Tomatitos del diablo" también se aplica a Solanum nigrum, Solanum dulcamara, y Solanum villosum. En todos estos casos por  formar bayas tóxicas.Pero con ocasión de Cucubalus baccifer el apelativo contraría su uso medicinal popular, ya que es yerba astringente, y su cocción se ha utilizado como febrífuga y antihemorrágica. 

Como sucede con los humanos, hay plantas que gustan vivir entre sus congéneres , en cambio otras plantas se complacen en vivir aisladas. Cucúbalus baccifer podría decirse que se encuentra entre estas últimas. Es extraño encontrarla formando sociedad con sus iguales.Normalmente aparece en pies aislados, eso sí apoyando sus frágiles ramas en las hierbas que la circundan, formando una maraña de ramas verdes y tiernas al término de las cuales aparecen las flores, que eligen el pleno verano para lucirse.
Como es planta que prefiere lugares húmedos y resguardados de los rigores estivales podremos encontrar esta bella hierba en el camino que sigue paralelo al río Vero, en dirección a Castillazuelo. Es propia de ribazos donde se acumula materia orgánica. Tanto si está en flor como si se encuentra con los frutos, es llamativo el amplio cáliz, el cual se va abriendo a medida que madura la flor y se convierte en fruto.

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