
Al verla, he recordado la importancia de esta sencilla planta en algunas recientes investigaciones. Con Medicago truncatula se está investigando su potencial utilidad en la recuperación de suelos contaminados por metales pesados, esos tan dañinos para todos los organismos como son el plomo, el cadmio o el mercurio. Todas las Medicago son muy prolíficas, cunden sus tallos abriéndose y esparciendo unas semillas que darán lugar a numerosos descendientes. Se cultiva fácilmente, además se han seleccionado variedades cuyo genoma es bien conocido. Algunas de estas variedades responden bien a la presencia de los minerales depositados en el suelo después de una mala gestión minera o industrial. Se sabe que estos metales se unen a la cadena trófica y es altamente acumulativo en el interior de las células a las que a la larga inutilizan y matan. Muchas plantas no soportan estos metales pues altera el funcionamiento de sus células. Sufren de estrés por oxidación, provocado por estos metales, y mueren irremediablemente. Medicago truncatula es capaz de superar esta prueba aislando en sus tejidos estos metales. Es importante comprender cómo consigue esta proeza, o más aún si cabe, si conseguimos decirle a la planta dónde realizar este almacenamiento para así recuperar los materiales tóxicos y aislarlos. Pensemos que este conocimiento podría servir para limpiar terrenos contaminados, o para evitar que estos metales se incorporen a la cadena trófica y pasen a los herbívoros y a sus depredadores (nosotros estamos entre ellos). Díganme si no es una planta importante, a pesar de su aparente insignificancia.