Calendula arvensis. "caléndula"


Las caléndulas comienzan a tapizar de amarillo algunos rincones del camino. Vemos algunas aisladas. En ocasiones se agrupan anunciando que poco a poco comienza a despertar la primavera. En la naturaleza, las soluciones evolutivas que se muestran exitosas tienden a repetirse. Cuando la familia de las Compuestas resolvió el recurrente problema de la reproducción mediante la asociación de flores formando cabezuelas creó un patrón que se repite en numerosas especies de la misma familia. Así, encontramos muchas especies distintas con el aspecto similar de cabezuelas donde se agrupan las diminutas flores. Distinguirá el caminante esta pequeña flor por el colorido ligeramente anaranjado de las lígulas que rodean la cabezuela de flores. Además, las lígulas tienden a extenderse en  ángulo, ligeramente embudadas. 
frutos de Calendula arvensis
Fructifican rápidamente. Por eso también podremos ver los inconfundibles frutos. Estos nos sacarán de dudas ante cualquier otra compuesta amarilla. Los frutos están curvados y van provistos de ganchos en el margen exterior. Estrategia poco habitual en esta familia, tan proclive a formar vilanos que favorecen la dispersión por el viento. 

Junto a la ermita de San José, al pie de El Pueyo, pegadas a una tapia  que mira al sur se ha formado estos días un pequeñísimo  jardín. Junto a las caléndulas empiezan a salir los nazarenos, las fumarias, alguna minúscula  letrera, algún diente de león. Estas caléndulas tienen una pariente de postín, la hierba gaucha, (Calendula officinalis). Querida en jardines y boticas, aperitiva y emenagoga.


invernal Lenquo de Capo

Arropado por el club Montañeros de Aragón de Barbastro al que se sumaron otros colegas de Peña Guara he disfrutado de una hermosa jornada invernal por el Pirineo Francés. Desde la estación de esquí de Piau Engaly, la ruta nos lleva al Puerto de Campbieil y al pequeño pico llamado Lenquo de Capo (2.716  mts), a las faldas del Pico de Campbieil. La bajada desde el collado norte.






















El primer tramo discurre por la vertiente oeste de la Neste de Badet. La nieve en excelentes condiciones. La progresión rápida. El valle traza una bonita curva, de manera que a medida que ascendemos las vistas van cambiando.
A nuestra espalda ha quedado el Pic du Piau, todavía alzándose sobre nuestras cabezas.

Hemos enfilado hacia el puerto de Campbieil que se intuye allá arriba.


Hace calor, suerte que de vez en cuando sopla un poco de brisa del puerto. Se agradece.






















Ya hemos superado el puerto de Campbieil y atacamos los últimos metros porteando los esquís. Al superar el puerto podemos contemplar el vallecito de Campbieil que conduce hasta Gèdre. Al fondo  a la izquierda se impone el macizo de Vignemale. Más próximas vemos las cimas  de Bugarret , Pic Long y Maou, todos tresmiles.





















Este año las escasas nevadas y los vientos han marcado la diferencia entre las caras norte y sur. Así se aprecia en el diferente color de las vertientes en la neste de Bied. Hemos llegado al Lenquo de Capo, casi 900 metros de desnivel acumulado. Negros crestones rocosos rompen la nieve.
























Esta pequeña cima está en mitad de la cresta que une el Campbieil (3173mts) y el Soum des Salettes (2976 mts.) que aquí nos muestra su dorsal rocosa.
Al fondo la pirámide del Pic des Aguillous o de la Gela (2.851 mts).



Y aquí estoy, aunque muy fatigado, feliz en la montaña. Detrás el Pico Cambieil, gigante de 3173mts.
Queda la bajada.
Sé que para el resto del grupo será una fiesta, puesto que la nieve está estupenda. En mi caso, con lo que me pesan las piernas y lo mal que esquío no será tan coser y cantar. Pero pienso disfrutar lo que pueda. Quizá en alguna vuelta acabe como una croqueta, pero es todo bajada. Allá voy.


Lo dicho, nieve fantástica y casi 900 metros de descenso. Alguna parada de vez en cuando para relajar las piernas.

Parte del grupo de Montañeros de Aragón de Barbastro y Peña Guara.



Lithodora fruticosa. "mermasangre"

Lithodora fruticosa es una planta perenne de la familia de las Boraginaceas. Sus leñosos tallos forman una enmarañada madeja con ramillas que se renuevan cada año. Está toda recubierta de pelos hirsutos de color blanquecino que le darían un aspecto ceniciento si no fuera por la luminosidad de sus flores. Comienza a aparecer tímidamente ahora, a  comienzos de primavera, pero en cuanto alcance su apogeo lo veremos ocupar profusamente lindes del camino y calveros soleados.
Sin duda su mayor atractivo son sus flores. De forma tubular, terminada en cinco lóbulos, despliega la paleta de los azules a medida que florece y madura. No son demasiado frecuentes los tonos azules de esta intensidad en nuestra flora. Hace poco leía un pequeño artículo de principio del siglo XX escrito por el catedrático Juan de Val, y hacía referencia a la génesis de los colores de las plantas. Tomando como base el color verde de la clorofila, apuntaba que reacciones químicas operadas en las estructura particular de una especie, unidas con las radiaciones solares determinan una coloración específica. Así,sobre reacciones ácidas se producen los azules, y son  las reacciones básicas las que producen  tonos amarillos y rojos. De esta manera estaría cubierto el espectro visible de colores. Miro de nuevo las tonalidades de esta pequeña flor. A la luz del sol brilla la corola. Los azules irisan al violeta. Estoy en el extremo de la gama espectral. 
Pero hay otro color. Venas  de color vinoso tiñen la  garganta de la corola y  también cubren la totalidad de la base del tubo. Son tonos magenta, color sangre. De nuevo me lleva esta planta a la ciencia . Isaac Newton llamó la atención de que éste color no existe en el espectro de color. ¿cómo podrían mezclarse dos colores, el rojo y el azul, que están en los extremos opuestos del espectro. Sólo colocando dos prismas de manera contigua podrían estar el rojo y el azul juntos. Y en efecto allí estaba el magenta. 
Cómo me  sorprende siempre la naturaleza. La íntima relación de sus leyes en todos los aspectos por los que se manifiesta. Los humanos a veces intuimos estas relaciones. En ocasiones  se atribuyen a plantas cualidades basándose en las analogías. Así los tonos sanguíneos se vinculan con las propiedades sobre la sangre, y de esta manera Lithodora fruticosa es planta que tradicionalmente se le acreditan propiedades para "rebajar la sangre", de allí el nombre de mermasangre.