Bosque de Irati-Alto de Lizardoia

30 de octubre. En tierras navarras, hacemos un recorrido circular por el bosque de Irati. Como es un bosque denso que no permite ver más allá de los árboles, subimos al alto de Lizardoia y así tener una visión más amplia de este extenso bosque en el que predomina el haya.




Ayer estuvimos en la Foz de Lumbier y hemos pasado la noche en Ochagavía. madrugada gélida que pronto deja paso a una apacible mañana otoñal.


Dejado el vehículo en el aparcamiento de las casas de Irati emprendemos el camino hacia el embalse de Irabia. Ruta cómoda, llana y por pista. Es día para deleitarse con los colores y los aromas del bosque. 

El embalse de Irabia, como todos este seco año, está bajo mínimos. Las hayas aparecen en todas las gamas de colores desde las todavía verdes a las que ya están tostadas por el frío.

El bosque es denso. No es ruta para ver grandes panorámicas, sino para disfrutar de los juegos de luces 
Aunque en el bosque de Irati predomina el haya y el abeto (Abies alba) en el trayecto que bordea el embalse el bosque no está lo puro que cabría esperar. Hay repoblaciones de pino albar (Pinus sylvestris) que cubren talas intensivas. También aparecen bastantes pies de alerce japonés (fotografía),Larix kaempferi, conífera caducifolia importada que nada tiene que ver con este lugar, pero que aquí se ha plantado con un criterio que me parece discutible.

Algún ejemplar viejo de haya encontramos. La corteza parece un mapa de colonización de líquenes varios.
En general el camino discurre entre hayas jóvenes. Sólo de vez en cuando encontramos un haya antigua, quizá se libró de la tala por tener muchos nudos o no tener la rectitud adecuada.
El camino atraviesa el bosque en la sombra. De vez en cuando un rayo de sol es aprovechado por todos los seres vivos que por aquí deambulamos. Este saltamontes (Decticus verrucivorus) no desdeña pasar un rato al sol sobre la hoja del haya

Hemos llegado al extremo del embalse, antes de continuar por el bosque nos asomamos a un pequeño torrente.

El pastoreo y la tala han configurado las características propias de este lugar. En los claros del bosque cubren de naranja los helechos.

Tomamos una variante que nos lleve a lo alto de Lizardoia, siempre entre el bosque denso. 

Otra especie  introducida, originaria de centro Europa y países nórdicos es el abeto rojo (Picea abies) 
Piña del abeto rojo

En los claros del hayedo aparece todavía en flor Erica vagans, brezo que coloniza aquellos espacios dejados por hayas y quejigos en suelos poco básicos. 

Estamos a mitad del monte Lizardoia, la temperatura es agradable y no hay ninguna prisa. Así que ¿por qué no tumbarse bajo una hermosa haya y dejar llevar el pensamiento entre los dorados tonos de sus hojas?

Desde el alto de Lizardoia se comprueba la formidable extensión del bosque de Irati.

Vamos al encuentro de la pista que lleva a la cascada del Cubo. La hojarasca ha tapado toda señal de sendero, y el bosque nos parece más salvaje, más intenso.

Saxífraga hirsuta hace mucho terminó la floración. Las amplias hojas le permiten captar algo de luz en estos ambientes sombríos. 

La cascada del Cubo

La cascada del Cubo



Hemos terminado la ruta de nuevo en las casas de Irati. Esta vez la noche la pasaremos en la Tapla, collado de la sierra de Abodi. Las luces del atardecer crean una nueva fiesta de colores con las cumbres del Pirineo Navarro y Aragonés en el horizonte.

Abajo en los valles las sombras ya se han instalado.

Con las últimas luces, el cielo se vuelve violeta, casi iridiscente.

En el lado oeste las siluetas de los montes navarros se recortan con las últimas luces otoñales. 


Mapa , detalles de la ruta y track en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15370797






















Foz de Lumbier

29 de octubre de 2016   Vamos camino del bosque de Irati, pero antes aprovechamos la mañana para dar una vuelta por la Foz de Lumbier. Ampliamos un poco el recorrido que desde el obligado aparcamiento  conduce directo al congosto, nosotros iremos primero por sendero balizado que sube la colina caliza, para después, cerca del derruido puente, comenzar el ancho camino, antigua vía de ferrocarril, que se adentra en la foz.



El río Irati corta las últimas masas calizas de la sierra de Leyre. Desde las ruinas romanas de Liédena, la puerta que abre el Irati deja entrever la estrecha foz de Lumbier. En la misma salida del congosto, el puente derruido recuerda la bravura de estas aguas que en estas fechas de octubre bajan mansas.

Hemos tomado un sendero balizado que penetra en una sarda espesa de coscojas, la pendiente es suave y con la altura permite otear el prepirenaico valle de Urraul Bajo, extensa llanura antesala del Pirineo Navarro

























La naturaleza caliza de esta sierra queda patente en los paredones sobre los que se encarama la ermita de la Trinidad. Las oquedades de la roca sirven de buitreras

La erosión de la caliza deja monumentos geológicos como este arco, uno de los que vemos se han formado en esta cresta de la Trinidad. Nos recuerdan los  oscenses arcos de Piedrafita o el Portal de la Cunarda.
Cómodamente llegamos a lo alto de esta colina, en dirección sur se abre amplio el valle de Irati

La suavidad del terreno crea amables curvas festoneadas de chopos y cultivos.

El otoño también se marca en este apacible paisaje

 Junto a la pista que nos va a conducir a la entrada de la Foz de Lumbier encontramos esta preciosa orquídea, Spiranthes spiralis. Ya está muy pasada la floración. El vástago florido parte de un lateral de la roseta de hojas, y los frutos, como antes lo harían las flores, se desarrollan en una larga espiral a lo largo de todo el tallo.
 Sólo queda semiabierta una de las pequeñas flores de Spiranthes spiralis. Estamos a 420m de altitud
La suave pista nos conduce a al boca del túnel que nos dejará entrar en la foz, pero antes nos acercamos al derruido puente.

Antes de pasar a la foz, una última mirada al suave soto.

A la salida del túnel estamos ya en la garganta de Lumbier.  Garganta, fauces (foz) tremendo paralelismo lingüístico, juego toponímico que describe el concepto geográfico a la vez que la sensación que produce entrar en estos lugares prepirenáicos.   El arranque del puente aparece al final del congosto, como si fuera una salida perdida.
Más dulces parecen estas campanillas, Campanula rotundifolia
Entre claroscuros continúa la marcha, ahora en paseo llano por la ancha terraza preparada para el paso del desaparecido ferrocarril "Irati"

Lapiaz y oquedades.

Un petirrojo salta entre las ramas
Los buitres vuelan y se posan en las cercanas peñas.

Un chopo sucumbió al empuje del río Irati hace muchos años. Pero de su tronco tumbado nacieron nuevas ramas que se enderezaron al cielo buscando la luz

Antes de salir definitivamente del cañón, pasamos un rato contemplando las figuras duplicadas que la quietud del agua produce en esta badina. El agua discurre plácidamente, como si fuese una lámina de cristal empujada por un oculto mecanismo.


Detalles de la ruta y track en  http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15370728






Lagos de Anglios por Salenques

16 de octubre de 2016.  A los lagos de Anglios se llega cómodamente desde Llauset, pero la vía que recorre parte del valle de Salenques y el barranco Riueño aporta la riqueza de un bosque rico en colores de otoño. Se aprecia en toda su plenitud el modelado glaciar que esculpió este valle y perfiló el agua que ahora corre. Es un espacio tranquilo y sosegado en el que el rumor del agua acompaña en casi toda la ruta.


Además de las hayas, el árbol estrella durante el trayecto será el serbal.
El carácter sombrío del primer tramo y la abundancia de hojarasca y suelo orgánico permite la proliferación de algunas setas. Encontramos bastantes amanitas
El río estará presente durante una buena parte del trayecto. Vale la pena desbarrar del camino y asomarse a bellos rincones.
El color del otoño tiñe con timidez algunas hayas del fondo del valle. Los abedules se muestran más verdes y apenas dan tonos amarillos

El río discurre encajado entre las verticales paredes desde las que algunos grandes bloques se han desprendido.

Por encima de la fronda despuntan los riscos que marcan la dirección del valle de Salenques. Nosotros deberemos desviarnos a la izquierda más adelante.
El azafrán silvestre (Crocus nudiflorus) salpica algunos claros del bosque. 

Este liquen foliáceo ha desarrollado los órganos reproductores (apotecios) en el extremo de los lóbulos y se recurvan hasta quedar expuestos al exterior.

Un haya ha perdido pie y dejando las raíces al aire cruza el río.

Esta hermosa haya se retuerce sobre sí misma. El movimiento de tronco y ramas da la sensación de que en cualquier momento va a ponerse a caminar.
La humedad ambiental hace que esta nomeolvides parezca una joya de cristal.
En el ambiente nemoral del bosque crece Actaea spicata, ahora en fruto.
Prenanthes purpurea

Ahora ya vemos la agrestes crestas que conducen al pico Salenques.

Saxifraga aquatica está preparada para afrontar el invierno, se ha reducido a los cogollos basales y espera mejores momentos para crecer.

 Siguiendo el barranco Riueño tomamos altura con rapidez. Los serbales están teñidos de rojo y contrastan vivamente con el amarillo de los abedules. Al fondo comienza a vislumbrarse el valle de Besiberri

El valle de Salenques, encerrado entre graníticas paredes
El mismo valle, en el tramo bajo que hemos recorrido al principio de esta ruta. Llaman la atención las bandas de vegetación perpendiculares al eje del valle.

Las barranqueras presentan distintos grados de humedad y presión por movimientos del suelo que discriminan los árboles que allí van a crecer, se forman así bandas simétricas de vegetación en las que los árboles están alineados por especies.

Poco a poco tomamos altura y la vegetación cambia de las caducifolias al pino negro que ya comienza a aparecer.























Como decía al principio los serbales tienen en estas fechas el protagonismo.




























Ya próximos al circo, observamos el cambio en la morfología del suelo. La acción glaciar a aborregado los granitos.





















El Estany Gran de Anglios es el primero en recibirnos. El pico dels Bous, a la izquierda conserva la nieve reciente.




















Rodeamos el primer lago, vamos a recorrer los tres lagos que cubren esta extensa cubeta lacustre. Frente a nosotros el escalón que nos permitiría ir al Estany Cap de Anglios, escondido en un estrecho valle, a la sombra del pico Solana de Llauset






















Seguimos girando en esta extensa cuenca y mirando hacia atrás vemos el Estany Gran y los Besiberri de fondo.

Es una perspectiva que nos cautiva


En ese horizonte se presentan rincones que esperamos algún día conocer.















El Estany del Mig es el más pequeño.



















El Estany de l'Ubaga se pega al flanco creado entre el Pico dels Bous y el Pico del Cap de Riueño. Por el collado de la derecha pasaríamos fácilmente al embalse de Llauset.




















Seguimos recorriendo la cubeta lacustre y  podemos ver la pirámide del pico Soubirón





Nos acercamos al collado que se abre al Estany Fe, por donde podríamos bajar para reencontrar el camino de ascenso.

Ya de bajada nos encontramos estas marcas  recién hechas en un pino negro. ¿Cuál puede ser su origen?


















Track de la ruta y detalles en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15252464