El río Irati corta las últimas masas calizas de la sierra de Leyre. Desde las ruinas romanas de Liédena, la puerta que abre el Irati deja entrever la estrecha foz de Lumbier. En la misma salida del congosto, el puente derruido recuerda la bravura de estas aguas que en estas fechas de octubre bajan mansas.
Hemos tomado un sendero balizado que penetra en una sarda espesa de coscojas, la pendiente es suave y con la altura permite otear el prepirenaico valle de Urraul Bajo, extensa llanura antesala del Pirineo Navarro
La naturaleza caliza de esta sierra queda patente en los paredones sobre los que se encarama la ermita de la Trinidad. Las oquedades de la roca sirven de buitreras
La erosión de la caliza deja monumentos geológicos como este arco, uno de los que vemos se han formado en esta cresta de la Trinidad. Nos recuerdan los oscenses arcos de Piedrafita o el Portal de la Cunarda.
Cómodamente llegamos a lo alto de esta colina, en dirección sur se abre amplio el valle de Irati
La suavidad del terreno crea amables curvas festoneadas de chopos y cultivos.
El otoño también se marca en este apacible paisaje
Junto a la pista que nos va a conducir a la entrada de la Foz de Lumbier encontramos esta preciosa orquídea, Spiranthes spiralis. Ya está muy pasada la floración. El vástago florido parte de un lateral de la roseta de hojas, y los frutos, como antes lo harían las flores, se desarrollan en una larga espiral a lo largo de todo el tallo.
Sólo queda semiabierta una de las pequeñas flores de Spiranthes spiralis. Estamos a 420m de altitud
La suave pista nos conduce a al boca del túnel que nos dejará entrar en la foz, pero antes nos acercamos al derruido puente.
Antes de pasar a la foz, una última mirada al suave soto.
A la salida del túnel estamos ya en la garganta de Lumbier. Garganta, fauces (foz) tremendo paralelismo lingüístico, juego toponímico que describe el concepto geográfico a la vez que la sensación que produce entrar en estos lugares prepirenáicos. El arranque del puente aparece al final del congosto, como si fuera una salida perdida.
Más dulces parecen estas campanillas, Campanula rotundifolia
Entre claroscuros continúa la marcha, ahora en paseo llano por la ancha terraza preparada para el paso del desaparecido ferrocarril "Irati"
Lapiaz y oquedades.
Un petirrojo salta entre las ramas
Los buitres vuelan y se posan en las cercanas peñas.
Un chopo sucumbió al empuje del río Irati hace muchos años. Pero de su tronco tumbado nacieron nuevas ramas que se enderezaron al cielo buscando la luz
Antes de salir definitivamente del cañón, pasamos un rato contemplando las figuras duplicadas que la quietud del agua produce en esta badina. El agua discurre plácidamente, como si fuese una lámina de cristal empujada por un oculto mecanismo.
Detalles de la ruta y track en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15370728
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