Tengo una especial predilección por las plantas pequeñas, minúsculas. Hago mía la frase de aquel libro de los 70 "Lo pequeño es hermoso", y por esta razón poder contemplar a Saxifraga tridactylites es una experiencia que deseo compartir en este blog. Es fácil encontrarla en las rocas junto a las últimas curvas antes de llegar al monasterio. Esta pequeñísima saxifragácea gusta habitar los huecos que forma la caliza y que tan apenas están rellenos de un leve sustrato, a veces el que forma el musgo que le acompaña.
Se sitúa preferentemente en lugares de cara norte, más frescos y húmedos. Es característica la roseta de hojas basales, oblongas las de la primera línea y divididas en tres dedos las siguientes.
Toda la planta esta cubierta de minúsculos pelos glandulosos, siendo los del cáliz especialmente densos.
Es planta anual que ahora, en marzo, muestra todo su vigor formando en ocasiones colonias que tapizan pequeños rincones rocosos. Es entonces cuando resulta más fácil identificarla por la coloración rojiza de hojas y tallos que apenas llegan a los diez centímetros.
Con su pequeñez, esta saxífraga me obliga a cambiar de escalas, a pegarme al suelo, donde las dimensiones son distintas, donde el punto de vista es tan diferente que se descubre un universo nuevo.
Toda la planta esta cubierta de minúsculos pelos glandulosos, siendo los del cáliz especialmente densos.
Es planta anual que ahora, en marzo, muestra todo su vigor formando en ocasiones colonias que tapizan pequeños rincones rocosos. Es entonces cuando resulta más fácil identificarla por la coloración rojiza de hojas y tallos que apenas llegan a los diez centímetros.
Con su pequeñez, esta saxífraga me obliga a cambiar de escalas, a pegarme al suelo, donde las dimensiones son distintas, donde el punto de vista es tan diferente que se descubre un universo nuevo.
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