Tras un pequeño porteo , la pista que sale de la carretera entre Sandiniés y Escarrilla está suficientemente cubierta como para comenzar a foquear.
Un hermoso quejigo destaca sus rojizos tonos.
El pequeño hayedo aporta un agradable aspecto al trazado de la ruta.
Mis hijos Diego y Alicia son los que me han animado a salir en un día tan gris.
El paraje de As Crampas, acantilados por donde discurre el "camino de los forzados" hacia el embalse de Escarrilla, tiene un aspecto inusual en invierno. Las nubes ocultan parcialmente las altas cumbres que rodean Panticosa. Como no hace viento, aunque la atmósfera está fría, es agradable progresar sobre un manto tan profundo.
Las acumulaciones de nieve hacen caprichosas formas.
Subida cómoda pero constante.
Próximos al collado que separa La Cochata de Tarmañones.
A la izquierda de la Cochata aparece la loma redondeada de Punta Tarmañones.
Alicia observa la evolución de Diego al hacer la "vuelta María".
Ya quedan pocos metros más de subida.
El tiempo ha empeorado rápidamente. Tenemos el tiempo justo para hacer unas fotos y bajar, ya que la visibilidad empieza a descender. Las nubes han ocultado las barreras montañosas de la sierra de Tendenera y sierra de la Partacua. Como una mítica puerta aparece el paso de Sta. Elena.
Es tan intenso el frío que no apetece ni preparar la cámara para hacer foto de grupo. Una fotografía rápida de los dos hermanos y vale.
Se levanta fuerte viento que eleva en remolinos de nieve. Comienza a nevar. Sin pensarlo dos veces iniciamos con calma el descenso.
Todo tiene color blanco. Es difícil distinguir las irregularidades del suelo.Bajada con mucha prudencia.
Ya en la pista, descendemos los últimos metros. Un buen caldo caliente es lo que ahora más apetece.
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