Punta Tosquera por el barranco de la Selva

Este paseo por la Selva de Sallent hasta la punta Tosquera nos permitió disfrutar de los colores del otoño , y de paso otear una buena parte del Valle de Tena.
Así como la subida al Pacino es muy frecuentada durante todo el año, su vecina, la Punta Tosquera es mucho más tranquila. A excepción de un pastor que volvía de echar un vistazo al ganado que todavía se mantiene en los pastos altos, no encontramos a nadie. Y eso que estábamos en pleno puente de Todos los Santos.


La Selva es un extenso bosque de hayas dentro del término de Sallent. La expansión de los pastos respetó este enclave, y aunque ha sido siempre un lugar de carboneo, la renovación con jóvenes hayas permite que nos aproximemos a lo que fueron estos parajes antes de la presión humana.

Antes de entrar en el bosque pasamos junto a algunos ejemplos de maravilla otoñal:

El serbal (Sorbus aucuparia) despliega una gran paleta de colores a lo largo del otoño, desde el amarillo intenso hasta los carmesíes y tostados.

Este  mostajo (Sorbus intermedia, si interpreto bien los lóbulos de las hojas) está en la fase dorada, en contraste sus racimos de frutos. Forma copas ovaladas que se proyectan casi desde el suelo.

Ya metidos en el bosque, como testigo de la actividad de los carboneros, queda parte de lo que fue su cabaña refugio. La falsa cúpula de esta vivienda de circunstancias ha sido destruida por el vigoroso tronco de un haya. A juzgar por el grueso de la misma, mediará más de un siglo desde que fue abandonada. 
La claridad de un claro del bosque la aprovecha este abedul (Betula pendula), que se resiste a teñirse de amarillo. 
Pero sin duda, la reina de este bosque es el haya. En las zonas bajas todavía mantiene el follaje, y a medida que vamos ascendiendo, las hojas pasan de las copas al suelo.Es un disfrute caminar sobre un lecho que cruje bajo los pies, al tiempo que despide el aroma de los fermentos del bosque.


Una vez superado el bosque, vuelven los campos de pastoreo. Hemos ascendido lo suficiente como para tener una buena vista de las inmediaciones de Sallent, en primer  término las dos jorobas de la Peña Foratata. Ya nevadas  las crestas que van de Infiernos a Argualas.
Mirando hacia el Sur, ya en subidos a la Punta Tosquera, podemos contemplar el estado del escondido embalse de Escarrilla, tras él la punta Cochata, con su gran derrubio de piedras y la punta Pimindalluelo. Abajo tenemos el colladito por el que hemos venido y siguiendo el cordal de la sierra la Punta Pacino. Volvemos a ver las cimas de Argualas, y detrás la sierra Tendenera, entre las nubes, y el comienzo de la Sierra de la Partacua.

Continuación de la anterior imagen es ésta en la que vemos platear el riachuelo que alimenta el embalse de Escarrilla. Los pastos se ven otoñales pero todavía pastan vacas y caballos. Pronto los tendrán que bajar.Al fondo la sierra de la Partacua.  Mirando hacia el norte, la vista alcanza a ver, semicubierto, el Midi d'Ossau, así como las urbanizaciones de Formigal y Sallent.














Datos de la ruta:
desnivel acumulado 533m

Track de la ruta:
http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8234122

Camino de El Pueyo. Sorbus doméstica. Zerollera

frutos de Sorbus domestica, zerollas
No cojas las acerollas
déjalas para el verano,
toma el camino de casa
que allí te espera tu hermano
y entre los dos hay que levantar (bis).

Una arboleda en el río,
una huerta en el secano
y al amigo que está lejos
atraelo de la mano
y entre los tres hay que levantar (bis).

Sobre la cueva una casa,
sobre el erial un paisaje
y al que se va a la vendimia
pagarle el último viaje
y entre los cuatro hay que levantar (bis).

Una esperanza segura
de que todo va adelante
y si alguien queda parado
decirle que es caminante
y entre los cinco hay que levantar (bis).

De toda la tierra entera
un lugar en donde quepan
los que caminan y esperan,
los que vuelven y se quedan,
y entre todos hay que levantar (bis).


flores de Sorbus domestica, primavera
Poco me atrevo a escribir después de tan contundentes palabras de José Antonio Labordeta, perfectas y estimulantes palabras para un momento en el que todos avisan de la llegada de un "invierno" duro.
Es el zerollero un modesto arbolillo, pero que en su escaso porte es capaz de llenar la primavera con sus racimos de flores blancas, y en otoño ilumina los caminos con el amarillo anaranjado de las hojas. Sus frutos son más humildes todavía. Aunque algo jascas, las zerollas desprenden un sabor que nadie debería perderse, pues evoca en el paladar la  fuerza de la tierra, la edad de la madera, los fermentos otoñales.
Pocos ejemplares nos quedan, alguno se ve por el camino que lleva al Pueyo. Todavía algunas personas lo mantienen en los lindes de sus huertos. El mundo cambia, hay otras soluciones para atajar las diarreas antes que comer las zerollas. Hace tiempo que no se ven pasar las bestias con las tablas de zerollera para alisar el campo después de labrar. 
tronco de Sorbus domestica
Tiene la zerollera un hermano montañés. Es Sorbus aucuparia otro árbol semejante en las hojas, diferente en los  racimos con numerosos frutos rojos. Espectacular en otoño.

Camino de El Pueyo. Calamintha nepeta subs. nepeta. Orégano

Calamintha nepeta subs. nepeta
Quizá haya quien se extrañe del nombre que aparece en el título de esta entrada, a sabiendas de que el orégano , el verdadero orégano, es planta bien diferente. No se trata de error, ni hay engaño. En el uso tradicional de las plantas, es frecuente utilizar  mismo nombre para especies distintas. Es el caso de la planta que nos ocupa. Tampoco se debe atribuir a popular desconocimiento; más bien podría ser  consecuencia del hábito de las gentes por migrar, y al migrar llevar consigo cultura, amén de los equipajes.Tiene en común con el orégano de la montaña las hojas pequeñas y ovaladas. El orégano que encontramos en la parte alta de El Pueyo, ya casi llegando al mismo monasterio,es también una planta aromática como muchas de la familia de las Labiadas.  Con estas similitudes no es de extrañar que faltando el  "auténtico" orégano, otra planta similar ocupe su lugar, y por tanto sus atribuciones y virtudes. Así por esta tierra llana se  utilizó también para los aliños, los guisos, y las tisanas para arreglar el vientre. Es una planta de pequeño porte, de dos a tres palmos. El  enhiesto tallo tiene cuatro ángulos, esto es, de sección cuadrada. Las flores son tubulares con terminación en dos labios, rasgo de las Labiadas. Estas flores salen de un cáliz con cinco lóbulos agudos. Tres de ellos miran hacia arriba, los dos que quedan abajo son más largos.
Es planta que forma comunidades algo numerosas, por lo que puede dar a engaño y suponer que es planta abundante. No parece que lo sea en el entorno de El Pueyo, apareciendo en lugares abrigados pero no expuestos al sol, al cobijo de carrascas y chinebros. Con este aviso se considerará adecuado parar cuidado  y no arrancarla de raíz, no vaya a ser que abundancia de hoy sea escasez de mañana.
El genérico Calamintha, nos lleva a otra planta con la que emparenta, la menta. Así éste genérico aglutinaría los significados cálamo , de vara, y  menta, por su aroma. La división en subespecies viene indicado para distinguirla de otra Calamintha nepeta subs. sylvatica, que tiene las hojas con el margen dentado, y de porte un poco más vigoroso.