Camino de El Pueyo. Lycium europaeum. Arto

flores otoñales de Lycium europaeum

Este arto es uno de los arbustos que forman intransitables macizos repletos de espinas. Poco poblado de hojas, éstas crecen en racimos aplicados a los tallos.
La floración tiene dos temporadas, una en primavera y otra en otoño.
Pese a esta floración habitualmente tardía, es un arbusto friolero, de manera que, aunque florezca, en raras ocasiones producirá frutos en esta época. Por ser planta termófila se da en los somontanos y desaparece en terrenos más altos.Se plantó para formar setos inextricables, y limitar el paso del ganado. Se dan en el entorno de Barbastro, pero los cambios en las formas de ganadería y labor han reducido su uso y su extensión.
Pertenece a la familia de las Solanáceas. De este arbusto se dice que eran  comidos los brotes tiernos de las hojas en ensalada. Si no fuera por sus parientes de ultramar, este valor alimenticio sería una excepción en esta familia, cuyas especies europeas se caracterizan por su toxicidad o por contener alcaloides (sirvan de ejemplo la belladona o los tomatitos del diablo) .   Debemos recordar que también son solanáceas la patata y el tomate. La primera,cultivada en América hace más de 6.000 años y en España desde  el siglo XVI (como alimento de pobres). Y el tomate importado también a Europa como planta ornamental y luego utilizada en ensaladas también desde el siglo XVI. 
maraña de ramas del arto
¿Qué sería de nuestra españolísima tortilla sin la patata? ¿Cómo haríamos en verano el delicioso gazpacho?
Mundo global.



















Camino de El Pueyo. Prunus spinosa. Arañonero

hojas y fruto del arañonero
Poco queda para comenzar el ritual de cada año. Con las primeras heladas, unos pocos arañones pasarán de la espinosa rama a la panza de una botella de cristal, donde les aguarda un anís seco.
Prunus spinosa es un arbusto de la familia de las rosáceas. Crece formando una maraña espesa de ramas que terminan en aceradas púas. Se cría en ribazos y orlas de carrascales, y es uno más de los  arbustos  llamados artos.
Ahora en otoño está escaso de las ovadas y finamente dentadas hojas. Los frutos, azules,  tienen una dura semilla, y aunque escasos de carne, el efecto que hacen en el licor en el que se dejan macerar es digno de ver. Poco a poco van tiñendo el transparente líquido de tonos encarnados, suaves al principio, intensos y luminosos al final. Dejo reposar varias semanas el líquido, para voltear la botella y contemplar embelesado cómo finas nubes encarnadas se esparcen y disuelven hasta teñir todo el contenido de la botella. Es como si , durante el largo periodo de maduración de los frutos, hubieran  atrapado el calor de los amaneceres primaverales y lo instilaran pacientemente, ahora en otoño, hasta teñir el licor.
flores primaverales de prunus spinosa
Prunus spinosa florece temprano en primavera. Veremos sus floridas ramas por marzo, antes de que hayan comenzado a salir las hojas. Las flores aparecerán casi sentadas sobre las ramillas formando a menudo apretadas guirnaldas. El parecido de estas flores con la de los cerezos,  almendreros, melocotoneros y otros frutales es debido a que pertenecen no sólo a la misma familia , también al mismo género.
Pero el arañonero es una planta salvaje, como salvaje es el sabor del arañón. Al morderlo, inmediatamente notamos su naturaleza jasca. Planta de contrastes, a la hermosura de sus flores en primavera se oponen la maraña de ramas y escondidas espinas en otoño. A la naturaleza áspera del fruto contradice la del dulce aroma y sabor que entrega en el licor donde se macere.
Porte del arañonero
Arañones perlados por la humedad de la mañana.
Desde antaño se ha utilizado este licor para mitigar desarreglos intestinales y cólicos. Múltiples variaciones a la receta se han descrito. Famosos son los patxaranes de los vecinos navarros.
Mi abuela María tenía por costumbre hacer uno similar con cerezas y claveles. Desconozco si con el mismo fin curativo, pero seguro que de similares resultados para el placer del paladar.
Si vamos hacia El Pueyo por el camino habitual, esto es , el llamado de Los Canónigos, veremos algún arañonero, pero hay muy pocos. Si alteramos la ruta y cogemos la pista que conduce a la "Carrasca de Gómez" (y de paso le mandamos energía positiva para que se restablezca) veremos buenas matas de arañonera, además de espléndidas vistas hacia la Sierra.
En la lengua castellana se conoce a este arbusto como endrino, y la endrina es su fruto. En el refranero se dice: "año de endrinas pocas hacinas". Pero como siempre pasa con los refranes, no hay acuerdo y circula otro que reza: "Con muchas endrinas, mucha harina". Incluso otro se atreve y dice: "año de endrinas, año de espinas". Usando el pensamiento mágico que tantos vínculos tiene con la tradición y las plantas, esperemos que mengüen los endrinos por unos años, a ver si desaparecen así estos tiempos tan "espinosos".

Camino de El Pueyo. Pistacia terebinthus. Cornicabra, sarrampuz


Agalla en Pistacia terebinthus

Lo más llamativo de este arbusto que bordea los caminos o crece  en los escarpes de algún barranco son sin duda los llamativos cuernecillos de color rojizo. 
Estas retorcidas formas son el motivo de su nombre popular, ya que nos recuerdan las cuernas de las cabras. Como en otras muchas circunstancias, a veces sucede que lo que parece ser, en realidad es cosa bien distinta. Estas singulares formas son algo ajenas a esta planta. Un pequeño pulgón (Pemphigus cornicularis) pica en las ramas de la cornicabra, y ,al tiempo que hace la puesta de huevos, inyecta una sustancia que provoca reacción en el crecimiento de la rama. El arbusto desarrolla una forma alargada y hueca donde se desarrollarán las larvas y después los pulgones. Cuando los pulgones estén ya formados y con alas, la agalla ( así se llaman a estas protuberancias vegetales producidas por  insectos) se abre como si fuera una vaina y los pulgones emprenden su camino fuera del "nido". 
hojas y frutos de Pistacia terebinthus
La cornicabra es arbusto con pies masculinos y pies femeninos. Por esta razón el caminante tendrá que acercarse a estos últimos si quiere ver los frutos. Los pequeños frutos irregulares, globosos, rojos, crecen en racimos laxos.  Tienen una única simiente y no son comestibles.
Las hojas son pinnadas, con dos o tres pares de hojuelas, algo encarnadas en los márgenes,más una en el extremo, lo que hace que sea de número impar el número de segmentos.
 D. Pedro Arnal Cavero, maestro de principios del siglo XX y estudioso de la lengua de Alquézar y tierras cercanas recogió en sus estudios el nombre de sarrampuz para este arbusto e indicó que a decir de los pastores de entonces las cabras las comían bien. Quizá sea también el arrampuz que recoge Chesus de Mostolay en su "diccionario del aragonés en el  Somontano de Barbastro" sin determinar su identificación.
La cornicabra o sarrampuz en el Somontano
Volviendo al nombre científico, del terebinto se obtenía la trementina. Incluso por encima de la trementina que se extraía de las coníferas, era más apreciada la que se obtenía de este arbusto. Cualquiera puede experimentar la presencia de esta resina. Basta con coger una agalla, que es donde más resina se concentra, y comprobará la abundancia de esta sustancia, por cierto  de un aroma extraordinario. Fue Linneo quien clasificó por primera vez esta planta con el nombre científico actual, pero nos tendríamos que remontar a la Grecia de los siglos IV y III a.C. para encontrar que ya Teofrasto, discípulo de Aristóteles y precursor de los estudios botánicos, ensalzaba las virtudes medicinales de la resina obtenida tanto de Pistacia terebinthus como de su pariente Pistacia lentiscus, también presente en algunos lugares más calurosos y abrigados de estas tierras.
Lástima que apenas se cultive Pistacia verus, más conocido como pistachera, como antes se hacía en algunas tierras españolas,  Así podríamos utilizar pistachos autóctonos para hacer esa maravillosa receta siciliana de finísimo jamón , queso suave y pistacho molido, que una vez hechos rollitos y cortados en rodajas  se fríe rebozado. Quién sabe si ya fue deleite del paladar de aquel prestigioso sabio.