Camino de El Pueyo. Tribulus terrestris. "abrojo"

Abrojo. Flor de Tribulus terrestris
El abrojo es una planta rastrera, propia de climas cálidos,  que crece en terrenos duros, compactados. La podremos ver fácilmente en la proximidad de Barbastro, junto a la cruz calvario de Santa Bárbara.
La flor tiene simetría radial, con cinco pétalos pequeños pero de llamativo amarillo. 
Fruto del abrojo
Las hojas  son paripinnadas, esto es  que están divididas en segmentos enfrentados en número par. Observadas con detenimiento veremos  el margen recubierto de enhiestos pelos blancos. Es la única especie perteneciente a la familia de las Zygophyllaceae que podremos ver de forma natural por estas tierras de Barbastro.
El fruto es quizá lo más característico de esta planta y  que justifica su nombre. Está provisto de  gruesas espinas, y debido a su forma poligonal, sea cual fuere la posición que adopte al caer en el suelo siempre presenta alguna espina dispuesta a dejar atribulado a quien con estas potentes defensas hiera. Los antiguos romanos tuvieron en estas semillas un buen ejemplo para el diseño de una de sus armas defensivas, el tribulus, consistente en unos trípodes pequeños de hierro terminados en aguzadas puntas que dispersaban por el suelo y así evitar que en los asaltos y asedios los caballos del enemigo se movieran con facilidad. Durante el  asedio que los galos hicieron a la conquistada Alesia se sabe que Julio Cesar utilizó con frecuencia  esta precursora de las minas de tierra.
Una polémica reciente envuelve a esta planta y la supuesta virtud de estimular la producción de testosterona, por lo que es utilizada por quienes quieren acelerar sus rendimientos deportivos. Por más que los estudios clínicos desmienten esta virtud, e incluso avisan de posibles efectos perjudiciales, la venta de productos con esencia de abrojo no disminuye.



Camino de El Pueyo. Psoralea bituminosa

Planta de largo recorrido vital, ya nos acompaña en primavera mostrando las inflorescencias y se alargará su presencia hasta bien entrado noviembre, si las heladas tardan en llegar. Es propia de carrascales, vías rurales, taludes. Como fiel perteneciente a la familia de las Leguminosas, ayuda a fijar el nitrógeno en el suelo  y también es una eficaz regeneradora de suelo. En este sentido cabría recordar la lenta y eficaz transformación que los suelos van experimentando por intervención de la vegetación. Muchas veces olvidamos la dependencia que tenemos del  reino vegetal. Cuando observamos un suelo que muestra sólo su capa mineral   usamos la palabra "desolado" ,sin suelo. El Diccionario de la Real Academia da como sinónimos: triste, inhóspito, desierto. En un proceso que  combina la química, la física y la biología, la materia mineral se convierte en orgánica a través de las plantas. El ciclo del carbono se une con el ciclo mineral y se constituye el suelo orgánico. El suelo orgánico es sinónimo de fertilidad, de vida. 
Psoralea bituminosa transmite algo de ese elemento mineral a través del olor. Frotando las hojas percibiremos un fuerte aroma a betún. De allí su nombre específico. Linneo la llamó  con redundancia  Bituminaria bituminosa.


Cascadas de Pineta

Hace quince días hicimos un recorrido por las cascadas de Pineta. Jesús Martínez  tenía verdaderas ganas de ver agua, después de un verano tan seco. El recorrido comenzaba en el camino junto a las cascadas que conducen a Lalarri, después fuimos al fondo de este valle para ver el salto de agua que baja de La Munia, y por último la cascada de Pineta, en un bonito paseo circular recorriendo el fondo de los dos circos.Unos 11Kms. de recorrido con un total de ascensión acumulado de unos 750mts.  Las últimas lluvias y alguna nieve de altura había alimentado algo estas cascadas. Además de Jesús estuvieron su mujer Mª Carmen y  el hermano de ésta, Ramón. MªCarmen regenta la casa rural de Foradada del Toscar "Casa Mur" un lugar perfecto donde pasar unos días relajados en contacto con la montaña, y con el ritmo de vida de sus moradores.



 Las cascadas de Pineta no requieren presentación alguna, sólo contemplarlas, oír el ruido del agua que rompe el silencio del bosque,  y dejar entrar en los poros de la piel la frescura de este entorno.Nada más. Todo lo demás es secundario.



Ramón, MªCarmen y Marisol, saturados por la felicidad del bosque


Marisol, MªCarmen y Ramón, contemplan desde lo alto la última cascada del primer tramo del recorrido.
















Frutos de belladona, en el margen de la pista que conduce a Lalarri, superados el primer recorrido de las cascadas.



En los llanos de Lalarri el otoño está avisado por las merenderas y azafranes  silvestres. Esta pequeña centaurea (Centaurea nigra subsp. carpetana?) florece a ras del suelo, lo que me hace dudar de la identificación.




El salto de agua que procede de los lagos de la Munia.
No conozco a nadie que disfrute más que Marisol cuando le cae el agua pulverizada de un salto de agua.

Jesús contempla el valle glaciar colgado de Lalarri.
Por último vamos a la cascada de Pineta. Antes de acercarnos a sus pies, admiramos la belleza de los sucesivos descuelgues del agua.



Datos de la ruta


Distancia recorrida 11 km.
Desnivel acumulado: 724m.