Camino de El Pueyo.Hypericum perforatum. "Hierba de San Juan, pericón"

El día de San Juan, el Sol, y algunas especiales plantas guardan un estrecho hermanamiento. Una de las más especiales es el hipérico. Es frecuente encontrarla en plena floración cuando se produce el solsticio de verano. El vástago florido presenta un numeroso racimo de grandes flores, que reflejan los dorados rayos solares con una intensidad inigualable.
Es planta valorada por sus comprobadas virtudes vulnerarias y cicatrizantes, sanadora de golpes y heridas además de añadir sus efectos calmantes. Su protección, por analogía, se extiende al mundo mágico, fue utilizada como protectora de la casa y sus moradores. Es una más de las plantas de las que se espera conseguir su máximo efecto si se recoge en la noche mágica de San Juan, y que  antaño  se preparaba en  maceración en aceite de oliva, antes de que saliera de nuevo el sol, para tener ungüento para el resto del año, al estilo del bálsamo de Fierabrás. Así Cervantes trae a colación un aceite de receta más elaborada y no ficticia  cuando cita el aceite de Aparicio en el capítulo XLIII de la segunda parte del Quijote. Cuenta como la hermosa Altisidora  cura a Don Quijote de las heridas de unos gatos con este aceite en cuya fórmula aparecía el hipérico. 

Al margen de estas consideraciones, vale la pena observar atentamente las flores pentapétalas, de la qué veremos salir larguísimos filamentos terminados en las anteras portadoras de polen. Tanto en estos filamentos como en los márgenes de los pétalos es frecuente observar glándulas oscuras.
Ya entrados en detalles, nos fijaremos en las hojas. Si las colocamos al trasluz veremos con nitidez unas aparentes perforaciones, que no lo son tanto , puesto que son pequeñas vejigas en donde se acumulan los aceites esenciales que otorgan propiedades a esta planta, y que justifican su nombre específico.

Sendero de agua por el Entremont.

15 de junio de 2013
Una alternativa acuática al sendero que recorre el estrecho del Entremont es hacerlo en piragua. Cuando el embalse de El Grado está lleno, el agua contenida se adentra en el estrecho y amortigua la corriente que viene de la presa de Mediano durante unos cuantos metros. Son los metros suficientes para recorrer la parte rocosa del estrecho, disfrutando de las oquedades formadas en los paredones. Este año he venido acompañado de mi hermano Ricardo.

Comenzamos a remar cerca del puente de Ligüerre. Atrás vemos este pueblo restaurado, la tarde está apacible y calurosa, pero como iremos siempre por el estrecho, prácticamente no nos dará el sol durante todo el paseo.

Atrae poderosamente el color del agua y los reflejos que se crean en estos remansos.


Nos acercamos a las orillas para ver de cerca las caprichosas formas de la roca. En este caso, la disolución de las rocas calizas de la parte superior forman bandas verticales grises que cubren la roca base.


La combinación de fracturas y erosión del agua han formado algunas grutas.



El extraordinario color del agua crea efectos mágicos al reflejar las formas de la roca.

Alguna cueva tiene las dimensiones suficientes como para navegar por su interior.

 Líneas perpendiculares





















Bóvedas.

Azules.

Reflejos

De vez en cuando giramos la piragua en redondo para contemplar el camino recorrido.

Desde un recodo vemos allá en lo alto la ermita románica de San Emeterio y San Celdonio  y parte del torreón del castillo de Samitier, antiguo vigilante del paso.


Un margen pedregoso sirve de base para que crezca una valerianacea, Centranthus angustifolius, con sus características hojas estrechas y lanceoladas.
























La emborrachacabras, Coriaria myrtifolia,  muestra sus frutos.


Poco a poco la corriente se hace más intensa. El embalse ha dejado paso al río. Tenemos que remontarlo y para eso vamos aprovechando las protecciones que nos brindan las contracurvas y resaltes del río.Sus contracorrientes nos ayudan un poco, aunque alguna vez debemos cruzar al otro lado del río para continuar río arriba.

Hemos subido lo que las fuerzas nos han permitido, ahora ya nos dejamos arrastrar corriente abajo, plácidamente, hasta encontrar de nuevo las calmas aguas del embalse. Damos por terminado el paseo.



















Camino de El Pueyo. cuarteto de linos: Linum tenuifolium, L. narbonense,L. bienne y L. strictum.


Una de las razones,creo yo, por la que las plantas nos atrapan a los aficionados a la botánica es la variedad en la similitud. Me explico. Al gozo de conocer una especie, se suma la posibilidad de encontrar otra que, aun teniendo características ya conocidas, muestra las diferencias suficientes como para ser identificada como especie diferente. Tal diversidad estimula nuestra curiosidad, ejercita nuestra memoria, entrena la mirada y nos motiva para seguir buscando. 
Con las siguientes cuatro especies deseo compartir esta experiencia con los seguidores de este blog.
Es probable que el lino que pasa menos desapercibido sea Linum tenuifolium. Es una planta que hace vistosos grupos de flores blancas, de apariencia muy frágil. Tan pronto como les sacude la lluvia de la tormenta o sopla un inesperado viento del norte, las flores se cierran,  a menudo caen, quedando los pétalos desparramados por el suelo, y  la mata toda desangelada.
A pesar de formar exuberantes macizos de flores, aprovecha los suelos más pobres, tanto los margosos como los propios chesos, y sólo las tenues hojas delatan sus escasas exigencias.

El siguiente lino que capta rápidamente la mirada es Linum narbonense subsp. milletii. En este caso no acostumbra formar grupos numerosos, sino que aparece diseminado aquí y allá. Sin embargo, la intensidad del azul de sus pétalos atrapa rápidamente la mirada. De nuestros linos es el que más se parece al lino empleado en agricultura ,Linum usitatissimum, aunque carece de uso industrial ni se ha utilizado en medicina. 
Ya no se cultiva tan apenas en España el lino. Siempre fue por delante el cultivo del algodón, menos exigente de agua, y ahora ambos cultivos están "deslocalizados", que también a la agricultura le suceden estas cosas.
El tercer lino del cuarteto es Linum bienne. Parecido en forma y color al anterior, pero del que enseguida notaremos  porte más leve, más espesa la ramificación y un color azul pálido, casi de pintura al pastel, que contrasta con el intenso de su primo Linum narbonense.
Aunque es mucho más escaso que los anteriores, es fácil encontrarlo en los márgenes de cultivos que bordean la pista que conduce al Almerge; ocupa sin preocupación taludes secos, aunque bien nitrogenados.


El cuarto es el más modesto, debido al pequeño tamaño de las flores. Miradas de cerca recompensan la búsqueda, ya que presentan un inusual color dorado.Es Linum strictum subsp. strictum que crece en ambientes similares a las anteriores, en compañía de tremoncillos y romeros. La encontramos formando colonias regulares bajo los terrenos removidos de oliveras, o en eras adyacentes.