Desde la estación de Astún nos encaminamos hacia el pico des Moines/de los Monjes. Nos quedaremos en la antecima, ya que la arista que lleva al pico no nos inspira confianza ahora en invierno. Ya la conocimos un verano y sabemos de sus angosturas.
El recorrido es apacible, alejado de la estación de esquí. Sube un par de escalones hasta el puerto de Jaca, cruzando el ibón de Escalar, para subir después hacia Los Monjes. Arriba las panorámicas son excepcionales.
En Astún aparcamos en la carretera superior. Ahora sabemos que podríamos haber cogido alguna traza por entre los arbolillos que crecen en la ladera del Pico de Bénou, pero nos dirigimos hacia el puente que permite entrar en los Llanos del Sol. Ciertamente esta última es ruta más cómoda para las raquetas, al ir sobre suelo horizontal, y no hacer media ladera como sucedería de haber ido por el otro lado. Frente a nosotros se abre un amplio valle que en unos suaves giros asciende hasta el ibón de Escalar. Frente a nosotros se alzan los picos Bénou y Belonseiche.
A nuestra espalda quedan las pistas de Astún, enseguida se pierde el rumor de las máquinas y el barullo de la gente, por lo que subimos apaciblemente por el valle.
En cuanto los Llanos del Sol comienzan a tomar mayor inclinación, pasamos a la otra vertiente del valle, y ascendemos con comodidad. Poco a poco se van abriendo otras perspectivas. La orientación sur de estas laderas pone la nieve blanda, no tanto en las que mirando hacia el oeste todavía permanecen brillantes y duras por una leve capa de hielo.
Al subir por la orilla derecha orográfica del valle evitamos el tubo y las pendientes más empinadas que corren por el otro lado. Abajo quedan los Llanos del Sol
Hemos subido el primer escalón. Estamos ya en el ibón de Escalar, ahora completamente cubierto por la nieve. Dos lejanas personas nos indican la traza que nos llevará al puerto de Jaca, una vez allí deberemos subir por la ladera hacia la izquierda que ahora tenemos frente a nosotros. Otras dos personas mucho más arriba bajan de lo que será nuestro destino.
Antes de llegar al puerto de Jaca giramos hacia el oeste para tomar la pala que asciende hacia la antecima del pico des Moines. A medida que ascendemos el horizonte se anima con nuevas formas. Las atrevidas formas de Aspe ponen telón de fondo al llano donde inverna el ibón de Escalar.
Hacia el oeste contemplamos otra posible ruta, ésta llevaría por una larga cresta, amplia al principio, pero más compleja después, hasta el pico de Astún, desde donde podríamos volver pasando por el ibón de las Truchas.
Visto en conjunto las dos anteriores fotografías, el resultado es la siguiente panorámica amplia.
Marisol ya está llegando al fin de la ruta. Desde aquí tenemos una vasta extensión de cimas y valles. En esta ocasión el Midi d'Ossau muestra una fisonomía diferente a la que estamos acostumbrados desde el valle de Tena. Podemos ver lugares que nos son tan familiares como el collado de L'Iou y el Pico Peireguet.
Midi d'Ossau en primer término, y a su espalda el Palas.
Hemos llegado al collado Bénou, la cresta al pico des Moines se desarrolla delante de nosotros.
Con ayuda de la cámara acercamos planos lejanos, como son Peña Foratata , insignificante bajo las moles del Infierno y Argualas
Otras cimas conocidas, Canal Roya y Mala Cara, y detrás la silueta de Tendenera
Al tiempo que reponemos fuerzas nos recreamos contemplando lugares ya recorridos: Anayet, Espelunciecha...
No podemos evitar mirar hacia abajo, el valle de Bious, En primer término vemos cómo se resiste a ser cubierta por la nieve la cima del pico Paradis.
Cambiamos de orientación. Hacia el Oeste, la cresta donde estamos se extiende serpenteando hacia el pico El Escalar, más bajo que donde estamos y hacia la loma redonda del pico Belonseiche. Otro apunte mental para otra posible ruta que fuera por esa pala amplia hasta la cima para bajar por las palas directas orientadas hacia el Este, o bien continuar cresta hasta el pico Bénou. Rutas más de esquí que de raquetas.
Tras esta bonita cresta que vemos crecer bajo nuestros pies, contemplamos el valle de Aspe. Hay muchas cimas que no conocemos, aunque empezamos a ver lugares también familiares.
El Castillo de Acher, inconfundible sinclinal suspendido en las alturas.
La sierra de Bernera, con la entrada al bellísimo valle de los Sarrios. Lástima que algunas cimas nos quitan la vista sobre el ibón de Estanés. Y el Bisaurín que nos trae gratos recuerdos.
Hemos compartido breves momentos aquí arriba con dos jóvenes que ahora afrontan la bajada. Para mí, que soy bastante torpe con los esquís, es la ocasión de observar cómo van a resolver la bajada, pues después me toca a mí. Marisol seguirá la traza de subida. Hemos quedado que le espero a mitad de camino del ibón. Después volveremos a seguir rutas paralelas, siempre observándonos. Ella por la ruta de ascenso, yo me las quiero ver con las laderas que bajan del Belonseiche, me han seducido sus pendientes y algún que otro tubo y tendré que probarlos. Prometen.
Datos de la ruta y track en