Camino de El Pueyo.Euphorbia characias. "Letrera mayor, croca"

Quien quiera ver la letrera mayor hará bien en dirigir sus pasos allí donde el bosque de carrasca tenga algún claro, bien junto a una senda escondida o bien en algún que otro calvero, en lugares donde el calor esté asegurado para esta friolera planta. Es común  verla aprovechando un suelo pedregoso, desdeñado por otros vegetales.Como es abundante, el caminante no tendrá dificultad para encontrarla. Inconfundible por el porte algo desgarbado, de hojas desmayadas, con un penacho de flores tintadas de marrón formando una cima suelta y globosa. Me llama la atención su aspecto general, pues parece provenga de otras tierras, quizá por su apariencia de pequeña palmera. Es el de las euphorbias un género bien representado en ambientes mediterráneos, pero donde más  prodiga su diversidad es en los ambientes tropicales. Quizá por eso, digo, me parece una planta de otras tierras, aun a sabiendas que es planta autóctona. Como cualquier otra de su mismo género desprenderá una savia blanca si se le hiere. Antaño, ésta leche era utilizada como curativa contra verrugas y herpes, debido a que tiene acción corrosiva sobre la piel. 
En este uso competía con cualquier otra letrera, pero al ser ésta más grande, la provisión de leche es mayor. Igualmente hay referencias de que fue utilizada como purgante, sobre todo para el ganado. Tiene fama de ser purgante fuerte, por lo que se debería tener cuidado en su administración.  Desprende un olor fuerte, aviso de sus principios activos, tan poderosos que también antaño se utilizaba la planta machacada para atontar los peces en balsas y badinas.

Camino de El Pueyo. Brimeura amethystina y Dipcadi serotinum. "dos jacintos silvestres"

Sin duda, en el entorno de Barbastro, el mes de mayo es el más generoso para los apasionados de la botánica. Por un lado todavía se disfrutan muchas plantas que surgieron tras pasar el invierno, por otra parte aún no se aprecian los agostamientos que producirán pronto los calores de comienzos de junio, y es tan grande la variedad y número de flores que están en su punto óptimo que pasear por cualquier camino es un regalo para todos los sentidos. Entre otras muchas especies, es ahora el tiempo de los jacintos silvestres.
Linneo clasificó estas dos especies dentro del género Hyacinthus, posteriores correcciones taxonómicas las sitúan en dos géneros diferentes dentro de la familia de las Liliáceas.
Brimeura amethystina

Brimeura amethystina, a pesar de su pequeño tamaño, de 15 a 20 centímetros, atrae  por el delicado color de las campanillas que ligeramente cuelgan de cortos rabillos. Es flor que solemos encontrar con relativa facilidad en  cualquier área del Pirineo, siempre en zonas soleadas. Encontrarla en el entorno de El Pueyo supone una singularidad pues no es planta que descienda más allá de los somontanos. Ocupa  zonas de la cara sur, pero algo protegida por la sombra de los chinebros. También aquí mantiene su  predilección por los suelos pedregosos.

Dipcadi serotinum
De color menos llamativo es Dipcadi serotinum, un jacinto de flores marrón terroso y textura serosa, más proclive a ocupar los soleados suelos del somontano, por lo que abunda en casi todo tipo de suelo, incluso se adentra en los exigentes chesos. 
Aunque es de colores discretos, al observar las flores a corta distancia muestran un delicado diseño cuando los pétalos se curvan hacia atrás en ritmo de tres alterno.

Mediano. Sendero de agua hacia Arasanz y Plampalacios

4 de Mayo de 2013.






















Hace una tarde espléndida para coger el remo y trazar un sendero de agua que desde Mediano me lleve a Arasanz. No seguiré un trazado recto, sino que describiendo una quebrada línea elijo la Torre del antiguo pueblo de Mediano para que forme el primer vértice de la  derrota. La Peña Montañesa ha cubierto su cabeza con un inmenso tocado de nubes.



Un año más las gaviotas se me han adelantado y ya ocupan posiciones en el campanario. Me reciben con sus sonoras risotadas.

Torre de Mediano, junio 2010.
El agua ocupa la totalidad del embalse, y así lo certifican las ventanas de la torre casi cubiertas por completo. Recuerdo aquel año en el que el nivel del agua estaba en su punto perfecto para hacer un viaje fantástico. En los archivos guardo imagen de aquel año, en el que me sentí brujo entrando en lo alto de la torre por las ventanas convirtiendo la navegación en un fantástico vuelo.


En ocasiones olvido que estoy en el corazón del Sobrarbe, tierra áspera por antonomasia, y engañado por el espejismo del agua embalsada me transporto a lejanas latitudes, allí donde los lagos son naturales y las montañas son tan salvajes como las nuestras.


 Pero esto es el Sobrarbe, y donde se guardó el agua se produjo el abandono. No puedo sustraerme a la idea de que el agua ocupa el espacio de las mejores tierras de pueblos que ya no lo son.

Arasanz aparece acorralado por un bosque que ya no se utiliza para leña y que cada año que pasa invade más las añejas piedras.

De nada sirvió a estos pueblos  la vigilancia de   Muro de Roda.


Ni les protegió el desfiladero del Entremont , ni  la fortaleza de Samitier.


Abandonadas quedaron las ermitas y pequeñas iglesias, como la  parroquial de Plampalacios, dedicada a San Bartolomé,cuyas paredes lamen las aguas que hace tiempo se tragaron las casas de los antiguos feligreses.

Más fortuna tuvo Aínsa, aupada sobre un cerro, hito que marca el comienzo de  nuevas tierras.

Comienza a atardecer, y aunque ya dirijo la proa hacia Mediano,  de vez en cuando vuelvo la espalda, giro la piragua en redondo y me quedo embelesado contemplando cómo van tiñéndose las montañas.  Sestrales y Castillo Mayor se van tiñendo de negro, mientras que las Tres Sorores y las Tres Marías adquieren tonos rosados.
































Track de la ruta (excepto aproximación a Pampalacios) en http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8239534