Pelopín

9 de julio de 2013.
Pre-calentamiento para posteriores excursiones más arduas. Además pensamos que es momento adecuado para subir a un pico que por su situación será más duro subir entrado ya el verano. Fatalidad que la cámara de fotos se me averíe a mitad de recorrido, por lo que poco puedo mostrar. Más vale poco que nada.


Campanula speciosa es una fotogénica planta de grandes flores, globosas como tulipas. Ya la había visto en las laderas de Usabas. Repite el mismo tipo de suelo pedregoso y de margas.
Diseminadas aquí y allá las varas floridas alegran un terreno que se muestra duro e inhóspito.










Sin llegar a la cumbre ya se puede disfrutar de la visión de la sierra de Tendendera en la vertiente sur. Toda ella se extiende de Este a Oeste, en ambos flancos limitada por las montañas que rondan a Torla ( a la derecha)  y las que corresponden a Biescas ( a la izquierda).






















Últimas fotos que me deja hacer la cámara de fotos antes de que feneciese y que por lo menos me permiten hacer una panorámica parcial del sector oeste, en el que aparece Burrambalo y la mole caliza de Telera en la lejanía. Más cerca Peña Sabocos (2.755mts) , con su forma trapezoidal. Abajo los dominios de Yésero






Camino de El Pueyo. Allium ampeloprasum y allium roseum. Un puerro y un ajo silvestres

Avisa de su presencia con el estandarte de su cabeza de flores. De una vara surge una esfera rosada donde multitud de pequeñas flores rosadas se abren sincronizadamente.
Allium ampeloprasum es el orígen silvestre de los sabrosos puerros que se cultivan en la huerta. Con demasiada frecuencia asociamos la vida prehistórica a la actividad cazadora y carnívora, pero sin duda, la base alimenticia, por lo menos más segura, se basaba en los vegetales. Podríamos imaginarnos a nuestros antepasados recolectando estos puerros para preparar un ancestro de crema de puerros, o un asado a la piedra de los brotes tiernos, o como condimento de un guiso. El sabor sería un poco más amargo, pero  llegaría un momento en que las mujeres ,como aseguran los antropólogos,  seleccionarían  aquellos que resultasen más agradables al paladar y aprenderían a cultivarlos, mientras los varones del clan andaban por el monte corriendo tras algún cuadrúpedo. De su selección secular deriva el actual  y sabroso puerro.
Mucho más discreto es el pequeño ajo que también crece en las inmediaciones de el Pueyo. Las flores de Allium roseum se agrupan en un racimo más irregular que esférico. Aun siendo de porte más pequeño, las flores son muy llamativas por el delicado tono rosado y su tamaño. Gusta crecer en ambientes soleados, de manera dispersa. Frotadas las flores o las hojas con las manos enseguida reconoceremos el característico olor de este género. Sin embargo no es el origen salvaje del actual ajo de huerta.

Camino de El Pueyo.Hypericum perforatum. "Hierba de San Juan, pericón"

El día de San Juan, el Sol, y algunas especiales plantas guardan un estrecho hermanamiento. Una de las más especiales es el hipérico. Es frecuente encontrarla en plena floración cuando se produce el solsticio de verano. El vástago florido presenta un numeroso racimo de grandes flores, que reflejan los dorados rayos solares con una intensidad inigualable.
Es planta valorada por sus comprobadas virtudes vulnerarias y cicatrizantes, sanadora de golpes y heridas además de añadir sus efectos calmantes. Su protección, por analogía, se extiende al mundo mágico, fue utilizada como protectora de la casa y sus moradores. Es una más de las plantas de las que se espera conseguir su máximo efecto si se recoge en la noche mágica de San Juan, y que  antaño  se preparaba en  maceración en aceite de oliva, antes de que saliera de nuevo el sol, para tener ungüento para el resto del año, al estilo del bálsamo de Fierabrás. Así Cervantes trae a colación un aceite de receta más elaborada y no ficticia  cuando cita el aceite de Aparicio en el capítulo XLIII de la segunda parte del Quijote. Cuenta como la hermosa Altisidora  cura a Don Quijote de las heridas de unos gatos con este aceite en cuya fórmula aparecía el hipérico. 

Al margen de estas consideraciones, vale la pena observar atentamente las flores pentapétalas, de la qué veremos salir larguísimos filamentos terminados en las anteras portadoras de polen. Tanto en estos filamentos como en los márgenes de los pétalos es frecuente observar glándulas oscuras.
Ya entrados en detalles, nos fijaremos en las hojas. Si las colocamos al trasluz veremos con nitidez unas aparentes perforaciones, que no lo son tanto , puesto que son pequeñas vejigas en donde se acumulan los aceites esenciales que otorgan propiedades a esta planta, y que justifican su nombre específico.